jueves, 21 de junio de 2012

Frases motivadoras de Eleanor Roosevelt


Anna Eleanor Roosevelt (Nueva York, Estados Unidos, 11 de octubre de 1884 - Nueva York, Estados Unidos, 7 de noviembre de 1962) fue una escritora, diplomática, activista por los derechos humanos y feminista. Fue una Primera Dama estadounidense y esposa del Presidente de los Estados Unidos Franklin Delan Roosevelt. Está considerada como una de las líderes que más ha influido en el siglo XX.


A continuación frases motivadoras de Eleanor Roosevelt:


El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.

Haz lo que sientes en tu corazón para estar bien, serás criticado de todos modos. Te reprocharán si lo haces y te reprocharán si no lo haces.

La amistad de dos personas es de fundamental importancia, ya que sin el otro, uno no puede ser amigo de nadie más.

El propósito de la vida es vivirla, disfrutar de la experiencia al extremo, extender la mano con impaciencia y sin miedo a vivir experiencias más nuevas y más enriquecedoras.

Yo no podría, a ninguna edad, ser feliz estando sentada junto a la chimenea y simplemente mirar. La vida fue propuesta para ser vivida. La curiosidad debe mantenerse viva. Uno no debe nunca, por ninguna razón, volverle la espalda a la vida.

Creo que, si en el nacimiento de un niño una madre pudiera pedirle al hada madrina dotarlo con el mejor regalo, éste sería la curiosidad.

Ganas fuerza, coraje y confianza por cada experiencia en la que realmente dejas de mirar al miedo a la cara. Te puedes decir a ti mismo,"He sobrevivido a este horror y podré enfrentarme a cualquier cosa que venga". Debes hacer lo que te crees incapaz de hacer.

Se disfruta más haciendo disfrutar a otros. Debería pensar más en la felicidad que es capaz de causar.

Si la finalidad del tiempo libre es dedicarlo a ver unas horas extras diarias de televisión, nos deterioraremos como personas.

Tenemos que afrontar el hecho de que o vamos a morir juntos o vamos a aprender a vivir juntos. Y si vivimos juntos, tenemos que hablar.

¿Cuándo serán nuestras consciencias lo suficientemente sensibles como para impedir la miseria humana antes de que nos avenga?

Un poco de simplicidad sería el primer paso hacia la vida racional, creo.

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